Tiempo en Buenos Aires

martes, 4 de mayo de 2010

Recuerdos de Mundial...

Ante la cercanía del próximo Mundial de fútbol, inexorablemente asoman recuerdos en nuestra memoria de mundiales anteriores, en donde el fútbol era otro, las sociedades eran diferentes, pero fundamentalmente, nosotros éramos otros… De ahí que esos recuerdos se agigantan exageradamente hasta parecer sueños de una vida anterior…
Allá van algunos de esos momentos lindos, extraños, pero sobre todo antojadizos :

El Mundial del 78, el primero que viví concientemente, con todos los horrores que después supimos y conocimos de esa época y que sin embargo, el ganarlo llenó de felicidad etérea a todo el país que salió a la calle dándole a Clemente la razón en su polémica por los papelitos que mantenía con Muñoz.

En el Mundial de España 82 nosotros estábamos en plena de guerra de Malvinas y en un partido entre Francia y la ignota Kuwait entró a la cancha un jeque árabe para asesinar al árbitro ante un gol francés que el juez anuló inmediatamente. Algunos decían que el jeque entró a la cancha con un cuchillo…El partido igualmente terminó 4 a 1 a favor de los galos. La FIFA le cobró una multa al jeque y a Kuwait y todo siguió como si nada. Lo que siempre me pregunté era ¿qué quería el jeque? ¿Qué Kuwait revirtiera ese resultado más que probable?...

También en España 82 creo que ví el mejor partido que todavía recuerde de toda mi vida. Fue en las semifinales. Alemania y Francia se devolvieron ataque por ataque con estilos bien opuestos. El partido terminó 1-1 en el tiempo regular. En el suplementario, Francia se puso 3-1 en ventaja, lo que parecía definir el pleito a su favor con el talento de Platini, Giresse, Tigana y Rocheteau. Pero apareció en cancha un recuperado Rumenigge que llevó al tesón alemán hasta el empate heroico con un gol de chilena de Fischer. En el medio, el arquero teutón Schumacher le pegó un planchazo destructor a Battiston que el árbitro no juzgó para expulsión (hoy iría preso con cadena perpetua). Después se definió por penales (por primera vez en la historia de los mundiales) a favor de los alemanes, manteniendo la adrenalina hasta el final. Después de semejante batalla, los alemanes quedaron disminuidos físicamente para la final contra Italia y Francia perdería con suplentes el tercer puesto a manos de Polonia. Todavía recuerdo ese partido…

México 86 que parecía un fracaso argentino terminó en una fiesta de Maradona. El partido maravilloso que jugaron Brasil y Francia y todo lo que vimos de la mejor zurda del universo.

De Italia 90 nos queda en la memoria la canción del mundial, el “va pensiero” de Verdi en la fiesta inaugural de Milan, la patadas voladoras de Camerún contra Caniggia ese mismo día, los penales de Goyco, el baile inconciente que Camerún le pegó a los ingleses sin definir el partido y que sí definió su suerte. La amargura del penal de Sensini a Voeller. Las lágrimas de Maradona…

De Estados Unidos 94 nos queda la amargura de no haber sido. La mayor desilusión futbolera de los últimos años por el dóping de Diego. Lo monótono que fue todo ese mundial. Un poco nos sacudió la modorra los autitos que entraban a la cancha a retirar los lesionados y en un partido, ¡se rompió un arco! Literalmente. Entraron dos yanquis cargando al instante el arco suplente y lo colocaron enseguida… Milagros de la tecnología…

Los últimos mundiales no dejaron mucha tela para cortar ni partidos tan brillantes. Algunos fracasos argentinos más estrepitosos que otros como el de Japón-Corea 2002 en el que fuimos con tanta ilusión y con la canción en japonés de Alfredo Casero y volvimos con tanta vergüenza. O en Francia 98 que nos quedó de destacable la eliminación a Inglaterra.
Y en el último mundial de Alemania 2006, nos quedó el gustito a nada de la eliminación de Argentina sin haber perdido. De ese mundial vale recordar el partido que Argentina le ganó a Serbia y Montenegro por 6-0. Creo que esa tarde para nosotros se dio lo que siempre soñamos la noche anterior al partido, ganar, golear y gustar. Fue el partido perfecto y el soñado. Me hizo acordar a una producción similar en el mundial 82 contra Hungría, un día que nos salían todas y fue un 4-1 que se quedó corto.

Recuerdos antojadizos y subjetivos. Alegrías y tristezas. Gusto por el gran fútbol que uno sueña ver en un mundial y que últimamente las mezquindades tácticas nos están negando.
Empieza un mundial y los choques futbolísticos y culturales son el mejor simulacro de una guerra sin balas. O acaso el fútbol ¿no es como dice Arrigo Sacchi (técnico del Milan multicampeón y de la Italia subcampeona del 94) la cosa más importante de todas las cosas poco importantes de la vida?...

Diego A. Piperno.

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