Tiempo en Buenos Aires

lunes, 29 de noviembre de 2010

No va mas....

Cada tanto, cuando el destino y la economía me da un pequeño respiro, suelo ir a un lugar donde siempre me sucede lo mismo, se el final de la película pero estoy como si nunca la hubiese visto, ansioso y expectante. Ese lugar es el Casino.
Como no hay en muchas ciudades estas visitas se dan, por lo general, cuando uno está de viaje y aprovechamos para sacar a relucir un vicio que tenemos guardado solo para estas ocasiones.
En los tiempos que corren la informalidad ganó un lugar que antes no tenia en relación a la vestimenta típica para concurrir a estas salas, en otros años, el concurrir a un casino conllevaba que en nuestro equipaje contemos con algún atuendo formal, y hasta zapatos eran necesarios para poder ingresar al "templo de la diversión"(este nombre creo se lo daban los dueños que eran los únicos que se divertían siempre a costa nuestra).
También recordando viejos tiempos, para poder ingresar había que abonar una entrada(ahora con tal que entres "hasta te pagan") y sortear al señor de la puerta que, cuando tu cara infanto juvenil no te ayudaba, había que mostrar el documento que acredite tu mayoría de edad(esta era una de las cosas importantes para lo que uno quería que pase el tiempo).
Una vez adentro todo es maravilloso, las luces, el sonido de las ruletas, los croupiers cantando el no va mas..., el olor a cigarrillo penetrante, gente yendo y viniendo de un lado a otro y la suerte que esta rondando por ahí pero nunca la encuentro.
Siempre pienso que voy a salir de ahí diciendo: " a partir de ahora no trabajo mas", se que es una utopía, pero es mas fuerte que yo, todos te dicen: "te tenes que divertir", "pensá que trajiste esa plata para gastarla, si ganas mejor". Me dí cuenta que todo lo que pregono en la vida con respecto al juego(jugar para divertirse) acá no lo puedo cumplir, veo un mar de fichas en el que la gente se ahoga, y no hay guardavidas que los ayuden.
Igual aunque haya visto el final de la película varias veces, voy a seguir concurriendo, el Casino tiene una magia especial que me resulta irresistible. Algún día describiremos aquí las conductas de las personas que concurren a estos salones, por ahora NO va mas.....

lunes, 22 de noviembre de 2010

Colorado el 36

Hace mucho tiempo nacía una persona muy especial para mí.
Una persona que vino para cambiarme el mundo.
Una persona con la que siempre uno sueña cuando piensa en proyectar la vida.
Una persona que día a día me demuestra lo bueno del ser humano.
Una persona que me aguanta todos los días ( y eso es demasiado).
Una persona que tiene bien ganado el titulo de mamá.
Una persona con un corazón enorme.
Una persona que no conoce la maldad.
Una excelente hija, hermana, nieta, sobrina, nuera, cuñada, amiga ...
Una mujer con todas las letras.
Una persona que amo con todo mi alma.
Feliz cumple!!!!!!!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Fiesta de compromiso

Siempre pensé que una fiesta de compromiso era aquella en la que una pareja se juraba amor hasta la muerte y sellaban en ese acontecimiento una fecha para convertir dicho compromiso en un casamiento formal.
Ahora también conozco otras, las empresariales por ejemplo.
Nos preparamos, para el evento siempre con una expectativa que no sabemos donde se inicia, tomamos todos los recaudos para llegar bien geograficamente y en horario, una vez allí, comienza toda una fiesta de compromiso.
Sonrisas, saludos efusivos, alegrías solo para conformar y por lo menos, el refugio de la comida y la bebida para hacer un poco más llevadero todo esto.
Debo reconocer que el paso del tiempo caló hondo en mí, nunca me jacté en ser el alma de ninguna fiesta, pero en otras épocas mi participación en ellas era un poco mas activa, disfrutaba del contacto personal(pogo) y me dejaba llevar por los temas musicales alegres de la época. Ahora veo todo con mas recelo, analizo cada movimiento antes de hacerlo, casi mirando la fiesta desde afuera.
Pero veo que eso no me pasa solo a mí, hay una infinidad de personas que están en esa misma actitud (la del compromiso), hablando e intercambiando opiniones con gente que en la vida cotidiana casi no te saluda, pero la magia de la fiesta de fin de año vence esas barreras y nos convierte en amigos entrañables digno de agregarlos a nuestro Facebook.
Cuando todo culmina y los días nos van alejando del evento en cuestión, la vida retoma sus carriles, seguimos pensando igual que antes de su inicio, salvo que nos queda un leve recuerdo de una noche donde las relaciones personales se mezclaron por compromiso.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Me quedé con la boca abierta

El otro día comiendo con unos amigos me di cuenta que deje parte de mí (boca) en el almuerzo.
Oh no! sabia lo que vendría, una cita con el medico que mas odio y temor generó en mí durante toda la vida. Mi lengua no paraba de jugar con el hueco que había quedado, hasta que fui a la guardia para solucionar provisoriamente mi problema. Saqué un turno con un especialista para darle solución definitiva a este inconveniente.
Llegó el día O (odontología), ahí se genera mi primer duda, llego temprano para que me atienda cuanto antes si no hay nadie, corriendo el riesgo de tener que aguardar en la sala de espera y escuchar esos sonidos tan poco agradables o llegar sobre la hora, arriesgando que alguien que llegó antes lo atiendan primero y otra vez la maldita sala de espera.
Una vez adentro me ponen un babero, me acuestan y me empiezan a examinar con un espejito y un gancho que llega a lugares inhóspitos.
Después empieza haber movimientos extraños y todos a donde nuestro alcance visual no llega, porque ellos tienen todo detrás nuestro?, porque no podemos ver que preparan? se van, vuelven, se escuchan sonidos como que abren frasquitos, instrumental cayendo en una bandeja de metal, el sonido del maldito torno, y el vasito de agua, nuestro único aliado.
Me ponen un algodoncito debajo del labio, el aparato que absorbe la saliva mientras están hurgando dentro mio y encima me preguntan algo, como quiere que le conteste? salvo que sea Chasman es imposible.
Los buenos momento uno no quieren que terminen nunca, las visitas al dentista que pasen lo mas rápido posible.
Lo mas triste que casi siempre es un viaje de ida que no termina nunca.