El otro día tuve la oportunidad de ir al aeropuerto, y pude palpar nuevamente esa dicotomía de sentimientos que allí se suceden dependiendo si estas parado en arrivals o departures (que english have, por god!!!).
La gente que se encuentra ahí, parece ajena a todo lo que pasa en la vida cotidiana, es como si estuviera en un mundo mágico.
Vamos a la parte linda, me tocó estar en la parte de los arribos y es impactante ver a la gente que allí se aglutina detrás de una mampara transparente esperando que esa puerta automática que está frente a ellos se abra y puedan ver los rostros de sus seres queridos. Se ven los saludos mas efusivos, los abrazos mas profundos, que vaya a saber uno cuanto tiempo estuvieron guardados. Se ve gente correr desde la confitería del primer piso (lugar óptimo para divisar al viajero llegar), personas con ramos de flores, chicos con carteles creados por ellos mismos para sorprender a sus parientes, remiseros ansiosos, gente que mira incansablemente el televisor con la información de los vuelos.
Del lado de los que arriban también parece haber una alegría importante, como si el llegar y encontrarse con algún ser querido mitigue el dolor por haber dejado el lugar en el que estuvo ultimamente.
Desfile de valijas, carros, idiomas y anécdotas es la moneda corriente en el aeropuerto. Me imagino que en departures debe ser distinto, debe haber mas tristezas que alegrías, pero seguramente será el comienzo de este sube y baja.
Ding, Dong....su atención por favor, última llamada para leer el post.
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