Cada vez que tengo que jugar al fútbol comienza un rito.
Hay que conseguir a los jugadores, confirmar su presencia vía mail o teléfono, arreglar para estar todos a la hora del partido, coordinar recorridos para quienes tienen auto puedan recoger a quienes no y estar listos todos por lo menos 5 minutos antes del encuentro ( esto nunca sucede). Siempre se dicen consignas como hay que estar 15 minutos antes así charlamos de lo que vamos a hacer o se vociferan tácticas al aire que pueden modificarse varias veces en cuestión de minutos. Si el partido es importante seguramente lo imaginaras en tu mente varias veces, teniendote como figura casi seguro.
Llegó el día preparas todo, bolso, ropa deportiva y salís para la canchita. Cuando llegas entras al vestuario donde comienza la segunda parte de este rito, te preparas para jugar, vendas, canilleras, líquidos o cremas para calentar los músculos según la edad que tengas. El vestuario es el lugar por excelencia para las cargadas de todo tipo, futbolisticas, físicas, personales etc.
Ya en el verde césped, comienza una danza de movimientos precompetitivos parecidos al de los futbolistas profesionales, sin saber si los necesitamos en realidad, pero que quedan bien. Pateamos al arco varias veces, hacemos jueguitos, firmamos la planilla y nos juntamos en un circulo para finiquitar la estrategia de juego.
Cuando empieza a rodar la pelota, empieza otra historia, gritos, aplausos, quejas, felicitaciones, indicaciones, contraindicaciones, hasta que termina el partido. Ahí se vuelve al vestuario a realizar 6, 7 u 8 análisis distintos del partido según la cantidad de integrantes del equipo, todos justificando el porque del resultado.
Casi siempre este maravilloso rito finaliza con la ingesta de alguna bebida para recuperarnos y la vuelta a casa con las mismas personas que vinimos, que si son de mas confianza comentaremos el partido desde una óptica distinta a la vertida delante de todos para no herir susceptibilidades.
Mientras me baño en casa no puedo parar de imaginarme el partido en mi mente una y otra vez. Cuando finalizo y vuelvo a la vida cotidiana doy por finalizado este rito.
EL RITO SAGRADO.
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